Petorca on Line
Nos leen, nos creen

La revolución chilena en los tiempos de “El Joker”

Y así como podríamos estar horas hablando y escribiendo de todo lo que ha implicado la revolución del 18 de octubre, junto a ella también al arte y sus distintas expresiones nos han estado acompañando desde siempre y este año no ha sido la excepción. Dentro de todas estas expresiones, el cine ha estado presente como fiel reflejo y exponente de nuestro sentir como sociedad y, aunque no siempre se trate de películas nacionales, hay temáticas que sin duda alguna resultan ser transversales, traspasando países, culturas y épocas. Un ejemplo de ello ha sido la aclamada e inolvidable película “Joker”, más conocida como “Guasón” en este lugar del mundo. ¿Y qué tiene que ver este icónico personaje con nuestro contexto y todo lo que ha pasado? Podría ser, posiblemente, una pregunta inicial.

Arthur Fleck, quien es magistralmente interpretado por el actor Joaquin Phoenix, es un hombre como tantos en medio de una sociedad que transcurre sin pausa ni reflexión. Al ir conociendo su historia, se puede apreciar que habita un espacio sombrío, muy lejano al sector privilegiado, donde el tedio y la miseria son evidentes. A diario, lucha por su sueño de ser comediante, realizando trabajos en los que la paga es escasa y el trato, indigno. Sin embargo, continúa. A pesar de los dolores y la violencia recibida de distintas formas, pero no lo hace solo. Arthur debe ir por sus medicamentos para tratar de batallar en un sistema cruel, donde vivir con problemas de salud mental es mucho más azaroso. ¿Acaso no les parece conocido este conjunto de situaciones?

Junto con lo anterior, y tras un cúmulo de hechos que se van desarrollando durante la historia, Arthur sostiene una gran admiración hacia Murray, quien es todo un ídolo para él. Este, más tarde, será uno de los que abiertamente se burlará de su desgracia y de sus fallidos intentos por lograr ser comediante. Sin embargo, esto no se detiene aquí. El Guasón (El Joker ) rompe el silencio la noche en que es invitado al programa televisivo de Murray, al declarar que mató a tres hombres que inicialmente lo atacaron. Esto genera un revuelo que, no obstante, se pone en jaque ante el cuestionamiento mismo de Arthur: si el asesinado hubiese sido un hombre como él, un invisibilizado y olvidado por la sociedad, hubiese dado lo mismo y ni los medios de comunicación ni las autoridades hubiesen repudiado lo ocurrido, tampoco hubiesen alzado la voz por él, un tipo marginado, sin influencias políticas ni económicas. Entonces, el Guasón deja abiertamente planteada las interrogantes: ¿hasta dónde llegan la moral y los valores que nos impone el sistema?, ¿por qué la muerte de hombres privilegiados tendría que lamentarse más que la de aquellos que han sido ignorados desde siempre, al estar condenados a la marginalidad y no poder salir de este círculo?

Mientras el Guasón ( El Joker ) es exhibido y humillado ante las luces televisivas, las calles de la ciudad se levantan y arden entre el fuego y el descontento de las personas, que se manifiestan y han hecho de los rostros del payaso todo un símbolo de lucha. ¿Y qué esperaban los poderosos después de tanta indolencia frente a su propio pueblo? Es por eso que también Arthur resulta una amenaza, al cuestionar los hilos que manejan esta sociedad.

Recordemos que esta película fue estrenada un par de semanas antes de que el actual movimiento social surgiera en Chile. Incluso he escuchado a más de alguien que ha planteado la idea de que esta obra de arte también fue influyente al encender esta revolución.

Hace unos días estuve compartiendo con mis compañeros del curso de Teatro y uno de ellos contó que el día que fue a ver “Guasón” (El Joker ), al salir del cine, se encontró con una manifestación. “En realidad, sentí como si nunca hubiese salido de la película” nos dijo.

¿Acaso después de todo esto se puede negar el vínculo entre el Joker y lo que hoy estamos viviendo como país? Quienes no tenemos el poder político ni económico y que somos violentados por alzar la voz ante la desigualdad, somos Arthur. Quienes no formamos parte de la élite, que somos parte de un pueblo invisible e ignorado, somos como él. Quienes hemos vivido humillaciones en nuestros trabajos, quienes terminamos acudiendo a medicamentos para sobrevivir en este sistema enfermo y que nos enferma, somos el Guasón. Porque, al final, los que dirigen repudiable y mediocremente este país nos lastimaron tanto, se burlaron tanto de nosotros(as) y los sueños que, pese a todo seguimos llevando, que hicieron de esta revolución un grito que permanece con el paso de los días y que no piensa decaer. Durante tantos años nos hicieron ver al Guasón como un villano, cuando en realidad es uno de nosotros y nosotras. Nos quisieron hacer creer eso, porque es un personaje que cuestiona el orden establecido y lo desafía a través de palabras y acciones. Arthur es parte de los oprimidos y no se queda quieto ni callado ante esta realidad, por eso, resulta ser una amenaza y lo más estratégico para los opresores es ponerlo a él como el villano. Tal y como nos sigue sucediendo en Chile.

Romina Cerda Allende
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.