A propósito del Día Mundial del Ahorro de Energía, es importante reflexionar sobre nuestra responsabilidad colectiva hacia el planeta para lograr la eficiencia en el área energética. En Chile, aún falta conciencia sobre este concepto. ¿Qué nos falta como sociedad?
Primero, debemos comprender que la eficiencia energética va más allá de lo técnico; es también un compromiso individual y colectivo. En nuestros hogares, podemos tomar acciones simples para contribuir, como apagar las luces, elegir electrodomésticos eficientes, utilizar ampolletas de bajo consumo y aprovechar al máximo la luz natural. Cada kilovatio ahorrado no solo contribuye a nuestro bolsillo, sino que también es una inversión en nuestro futuro compartido.
A nivel nacional, es urgente acelerar la transición a fuentes renovables. A pesar del potencial solar y eólico, aún dependemos fuertemente de fuentes no renovables. Invertir en proyectos de energía limpia no solo generará empleo, sino que también allanará el camino hacia la independencia energética y la reducción de emisiones.
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La transición a un modelo sostenible es una necesidad. La eficiencia energética no es solo un deber ambiental, es inversión en nuestro bienestar. Debemos reflexionar sobre nuestras elecciones diarias. Hagamos de la eficiencia energética un compromiso diario, una contribución tangible al bienestar de nuestro país y del planeta que todos compartimos.
Dr. Ricardo Saavedra Concha
Académico de Vinculación con el Medio
Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño
Universidad San Sebastián sede Concepción
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